Después de haber ojeado durante años los ejemplos de distintas unidades AICLE en las distintas webs, ha surgido este curso, gracias al cuál hemos conocido los principios metodológicos AICLE y la posibilidad de aplicarlos a nuestra enseñanza bilingue.
Durante años hemos trabajado un poco desorientados, elaborando actividades "bilingues" que tenían más en cuenta los contenidos específicos de cada asignatura que el desarrollo integrado de la lengua. Todos hemos actuado con la mejor de nuestras intenciones, coordinando nuestra labor de la mejor manera posible, pero esto, no ha sido suficiente.
El conocimiento y la aplicación de los principios metodológicos AICLE supone ante todo una reflexión acerca de la manera en la que nuestros alumnos aprenden y acerca de la manera en la que nosotros les ayudamos a hacerlo. Ante esto, somos muchos los que nos hemos dado cuenta del vacío que obraba en nuestras programaciones de aula en lo que respecta al desarrollo integrado del lenguaje. (*)
Después del auge de las TICs, que parecían que iban a ser la panacea de la nueva didáctica, volvemos a revisar nuestros principios metodológicos para prestar la atención debida al desarrollo de la competencia lingüística . Reconocemos por fin, lo que afirmó Wifgenstein, "Los límites de mi lenguaje son los límites de mi conocimiento".
Lo que más me ha gustado de los principios metodológicos que venimos de estudiar, además de los motivos antes mencionados, es que estos nos sirven para realizar una mejor secuencia de los contenidos y a diseñar las actividades de cada unidad didáctica con criterios más claros.
A partir de ahora, gracias a los Proyectos Lingüísticos de Centro, a mi juicio herederos de la filosofía AICLE, deberíamos asistir a una mejora en la calidad de nuestro sistema educativo.
(*) Nos referimos a las Asignaturas No Lingüísticas. (ANL).
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